Enamorada de las palabras [Cansada de esperarte]

 Capitulo- 6                   –Cansada de esperarte–




Ale me conducía hacia la entrada de su casa, por ahí cerca se encontraba Víctor el amor de mi vida. Era inevitable, cada paso que daba aceleraba más el ritmo de mi corazón.
Llegamos frente a él y quede paralizada ni un músculo de mi cuerpo me respondía temía que esto pasará.



– ¡Primo! ¡Te presento a mi amiga Angélica! –Le hablo Ale con una sonrisa segura.



Mi mirada se había clavado en el y cuando volteo a verme un oleaje de sentimientos golpeo mi pecho. Estaba tan asombrada, tan maravillada. Recién lo estaba viendo, en carne y hueso ¿Es real? ¿Esto es real?.
Sus ojos tan profundos como mis pensamientos, en esa tonalidad esmeralda parecían absorberme por completo.


– Hola –Me saludo muy serio.


Mis piernas temblaron, mi cuerpo y mis oídos vibraron con su voz ¿Esa es su voz?. Precisamente en ese segundo, un ataque de nervios me hizo titubear, apareciendo una tremenda presión, haciéndome imposible el articular palabras.
De repente me invadió una intensa tranquilidad, ahora me siento muy débil,  mi visión se torno nebulosa, no podía mantenerme en pie. Caí al suelo y todo lo vi negro.

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Al abrir mis parpados mire arriba, reconociendo un techo de una habitación, que evidentemente no era mía  Claro, es la alcoba de Ale, capte en segundos. Pasee mi vista en mi contorno, encontrando a mi lado de pie y cerca de la cama a Ale, ella parecía contemplarme, y me mostró una simpática sonrisa, luego noté que en sus manos tenia una barra de chocolate "Hershey´´s". Sin más levante mi espalda del colchón y toque con la palma mi cabeza tratando de recapacitar. En ese momento la imagen de Víctor justo y como lo había visto se atravesó en mi mente.


– ¡Víctor! ¡¿Donde está Víctor?! –Reaccione alarmada y la mire.

– Tranquila, el ya se fue. Hace rato que la fiesta terminó. Te desmayaste. –Me informo para luego emitir una risita– Por dios no pudiste controlarte amiga –Palmea mi espalda.

– ¿Qué? ¡Ya, ya se fue! ¡¿Por qué?! –Mire detenidamente las sabanas blancas que cubrían la mitad de mi cuerpo.

– Tenía que irse, el estaba esperando a que estuvieras consciente, pero no fue así, por eso, se fue  pero, me dio esto y me dijo que te lo entregara cuando reaccionaras –Me enseña el chocolate y me lo da en mis manos.

– ¿Chocolate? –Pregunté confundida por unos segundos– ¡Chocolate! ¡Amo el chocolate! –Con desesperación empece a quitar la envoltura.



Ale reía divertida al verme como me había emocionado, solo por un simple chocolate ¿Que vendría después  ¿Un anillo de compromiso?. Me ilusione.
Me comí lentamente la golosina hasta disfrute cada mordida. Definitivamente fue el chocolate mas delicioso que haya tenido el placer de probar en mi vida. Me quede en casa de Ale unos minutos más, hablamos y me marche.

Apenas entre a mi casa, corrí con la valiosa envoltura del chocolate y la guarde en la caja de tesoros, en donde aún conservaba la rosa ya marchita, y todas esas hermosas cartas. Tuve una felicidad efímera  ya que pasada la media noche cuando intentaba dormir, un agobiante y frustrante sentimiento que floreció en lo mas profundo de mi, provoco que surgieran lágrimas de mis ojos, estas se deslizaron suavemente por mis mejillas ¿Que estaba haciendo? ¿Soy una tonta? ¿Soy una loca? ¿Por qué estoy llorando? Después lo descubrí  era por que no pude hablar con el, ni decirle todo lo que me hacia sentir ¿Por qué es tan difícil alcanzarlo? ¿Por qué me duele amarlo?. Yo sola me hacia preguntas una y otra vez, a la vez veía esas cartas en mi cama. Esta noche no podre dormir ¿Por qué tanto sufrimiento?. Pareciera que estoy enferma.

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Un año después.

Las cosas seguían igual, nada ha cambiado, ni mejorado. Repetitivo y casi rutinario el recibir y enviar cartas a Víctor, ya se había vuelto de lo mas habitual. Ya no cabía una carta más en mi caja de tesoros. A pesar de recibir muchas cartas y de leerlas tantas veces, no podía dejar de llorar por las noches. No me llenaban por completo.

Últimamente he visto que las cartas son forzadas, percibo cierto cansancio en el ¿O ese cansancio sera mio?. Me pregunto si ¿Ya no quiere escribirme o ya no me ama?. Esto de las cartas es muy bonito y romántico, pero no estoy satisfecha ¡¿Por que demonios no puedo verlo?! ¿Por que es tan complicado?.
Es como si algo estuviera entre nosotros, evitándonos, impidiéndonos el conocernos. También  el dice que me ama en las cartas, si es así ¿Por que no hace nada por verme? Hay algo raro aquí ¿Pero que?.

Claro, no tenia más que a Ale por lo que acudí a ella, es mi mejor amiga, ella tiene que ayudarme a averiguar que está pasando con Víctor, ya he tenido suficiente, llego el tiempo de conocernos de una vez por todas.


En todo este tiempo Ale y yo habíamos cambiado un poco, es decir, nos volvimos mas sociables, ahora teníamos otras dos amigas y como habíamos acordado hicimos una tarde de chicas en sábado. Fuimos al salón de belleza, a comprar zapatos y terminamos en un restaurante de comida rápida, teníamos hambre. Era un "McDonalds".

Ya eramos un año mayores, teníamos quince años las cuatro. Disfrutábamos de una amena platica cuando se me ocurrió hablar a solas con Ale ¿Por qué justo ahora? Pensé. Quizá sea por que me siento desesperada.



– Disculpen si las interrumpo chicas –Les dije sonriente– Ale... –Le dirigí mi mirada– ¿Me podrías acompañar al baño? –Me levante de mi asiento.

– Claro... –Me sonrió– ¡Ya volvemos!



Dicho esto nos retiramos de la mesa.

Dentro del baño, hice tiempo para relajarme lavando mis manos y secándolas con papel, estaba inquieta de algún modo presentía algo, no sabia que era, pero había "algo".



– Ale, tu primo ¿Ya no quiere escribirme? ¿Verdad? –Me detuve a mirarla yendo al grano.

– ¿Por qué me preguntas algo así ahora? –Me observo extrañada.

– Solo respondeme, por favor –La encare pero tome una distancia apropiada.



Ella resoplo y miro a otro lado.
Menos mal que el baño de damas milagrosamente estaba vació  como si previamente lo hayan preparado para esta escena, parecía una novela, estábamos presentes solo yo y Ale.


– Angie ¿Por que crees eso? –Sin verme frunció el ceño.

– ¿Por qué? Por las ultimas cartas que he recibido. No sé las noto forzadas, como si lo que me dice en ellas solo... –Baje mi mirada un tanto deprimida– Solo lo dice para hacerme sentir bien y no lastimarme.

– Muy bien tú me estas obligando a decírtelo... –Me señala notablemente tensa– Verás, V-Víctor realmente

– ¿Ajá? –Abrí mas mis ojos enfocando toda mi atención en ella.

– El ya no quiere saber nada de ti –Pronuncio pausadamente al ver a otro lado.



Ese conjunto de palabras fueron un fuerte golpe para mi ¿Que es lo que esta diciendo? ¿Lo dice enserio? Tiene que ser una broma. Perpleja la mire fijamente logrando sentir como mi mundo se derrumba se destrozaba y caía sobre mi. Esto no pude estar pasando.


– ¿Que dices? –Le cuestione sonriendo incrédula.

– Estoy hablando en serio Angélica  lo siento, se que este no es el lugar –Mira su alrededor– Ni el momento, pero tú me estas obligando a decirte.

– P-Pero ¿Como es eso? Explícame por favor –Me acerque a ella y la tome de sus hombros sin apartar mi vista de sus ojos verdes.

– ¿Que tengo que explicar? Es simple, el ya no quiere saber nada de ti Angie, lo lamento –En un tono angustiado me atrae a ella y me abraza, estrechándome.  No quería lastimarte, por eso no quería decirte, aunque sabia que tu sola te darías cuenta.



Mis saladas y tibias lagrimas brotaron nuevamente, rodando por mis mejillas en silencio. Estaba muda y como congelada, no me anime a responder su gesto. Es como si estuviera perdiendo la vida, poco a poco.


– Víctor me dijo también –Me aparta de su cuerpo para ver mi semblante– Que la próxima carta, seria la despedía... –Me agarra mis muñecas y con seriedad y frialdad mira mi cara– Lo siento mucho.

– ¿Y no pensabas decirme? Ale, no sabes como me siento ahora. –Seco mis lágrimas con mis manos– ¿El se despedirá? ¿Por qué? Después de todo este tiempo, después de todo lo que me dijo ¿Cuando me decía que me amaba? ¿No era verdad?

– No lo sé Angie, no lo sé. –Deja de tocarme y retrocede dos pasos con su vista abajo.


Sin poderlo soportar mas, eche a correr, solo escuche la voz de Ale llamarme por mi nombre, como queriéndome detener pero no voltee atrás.  Salí del establecimiento cubriendo parte de mi rostro con mi mano, seguía avanzando a esa velocidad por la calle, cargando esa pena, mientras mi callado lloriqueo continuaba, ni siquiera me importaba que pensaría la gente al verme, no me importa ya nada, solo quería escapar del mundo irme lejos y jamas volver, sin duda fue lo peor que alguien me haya dicho ¿Ya no me quiere? ¿Que hice mal?.


Con mi vista en el pavimento y cubriendo con mi mano mi rostro cruce la avenida sin fijarme y mis oídos percibieron el sonido de un motor que se aproximaba. Todo paso tan lento. Gire mi vista a ver el coche, me detuve en medio de la calle, ese auto venia muy rápido hacia mi, me impresione, no me pude mover, mi corazón brincaba ¿Moriré así?

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