martes, 18 de febrero de 2014

Teengears [ En la raíz ]






Capitulo.-21             —En la raíz










Afuera del laboratorio Eastlund, sigue nevando. Todo el suelo y pinos a lo lejos, están bañados de blanco. El helado viento sopla fuerte en las caras de Seungri, María y Edric.
Ha sido muy fácil el salir del laboratorio, ya que, no se encuentra custodiado, todo soldado está ocupado en la batalla que se desenvuelve y puede escucharse  muy cerca de donde escapan los tres.
Justo y como ha mandado Lea, tienen que buscar un lugar seguro, pero ni Seungri y ni Edric están muy de acuerdo. Sin duda deben proteger a María, pero ellos no han venido a esconderse.

Nadie tiene los ojos sobre ellos. Son libres; por lo que avanzan, apartándose más y más de dicho laboratorio. Adelantándose en la zona  boscosa llena de grandes pinos. La amontonada nieve en la tierra vuelve complicado y algo pesado el caminar, pero entre los dos ayudan a María quien parece a punto de colapsar. Aunque ya no sale sangre, gracias a que apretó más su bufanda como si fuera una venda en su brazo. De todas maneras ha perdido mucha, y se ha debilitado, hasta luce decaída, pálida…

—Aquí está bien.

María sonaba cansada. Quiere descansar al pie de un pino, sin importarle el hielo. Seungri y Edric la sueltan delicadamente y ella se sienta apoyando su espalda  contra el tronco. Su mirada esta abajo y su respiración es algo ruidosa.

—Te pondrás bien. —dice Seungri con una expresión angustiada.
—Oh claro que me pondré bien. No los molestaré más. Vayan con su equipo y ayúdenlos, busquen a Lea.

Edric la mira intimidado y Seungri se exalta.

—¿Qué? ¿Y abandonarte aquí? —eleva sus cejas al hablar— No importa, seguro lo tienen todo controlado.
—¿Pero qué estás diciendo? ¡Qué maldito cobarde! —exclama sin verlo— Haz sido entrenado para esto ¿no es así?. Al igual que Lea…mírala a ella. No puedo creer que no hagas lo mismo.
—¿Hacer qué?
—¡Luchar!
—Pero no quiero dejarte aquí. Yo…
—Ve Seungri. —suena la voz tímida de Edric.

El joven asiático lo observa con el rabillo de su ojo como perplejo.

—Tú eres más importante que yo. —Continúa Edric— Yo solo manejo un par de Alienbots, pero tú eres un guerrero. Tienes que hacer equipo con Lea. Break siempre lo decía… —baja su mirada. Apocado—

Edric habla más de lo común, y sin titubeos, lo que impresiona de sobremanera al coreano.

—Yo puedo quedarme a cuidar de María. Buscaremos algún sitio donde refugiarnos de esta nevada. —sugiere el científico viendo al suelo.

Los copos blancos se posaban sobre sus hombros y cabezas; cubriéndolos cada vez más, dejándolos sentir el intenso frío.


Sus pasos son lentos, cuidadosos, y no hace ni el más mínimo ruido, hasta nivela su respiración. Ahí está el maldito líder de la organización Haarp. Y aunque su misión sea destruir la máquina, podría empezar asesinando a quien la controla. ¿Por qué él lo controla? Conserva muchas preguntas sin respuestas, no sabe mucho sobre eso, ni sobre el Haarp. Tan solo lo que le ha informado, y dicho Break. Pero ahora, debe obedecer su intuición, la cual está más activa que nunca. —matarlo— es lo que debe hacer de una buena vez.
Se encuentra desarmada. No obstante, siente un poder absoluto que recorre y vibra en su interior, pidiéndole salir. Por eso, se confía estando muy cerca de su espalda, en tanto él sigue gritando y hablando frente a las proyecciones.

Lea dobla sus dedos como si fueran garras felinas, y de la punta de ellos, sobresale un tipo de energía que se afila formando uñas felinas. No le presta atención a lo extraño que puede ser, solo siente que con ello puede lograr cobrarle con su vida.
Arrugando su entrecejo, está por atacarlo con sus manos, cuando tres soldados la atrapan en esos aros energéticos, que colocan alrededor de su cuello, brazos y piernas, dejándolos aferrados y muy unidos a su cuerpo erguido, entumecido, no lo puede mover. Ha sido muy rápido, ni siquiera le dio tiempo de reaccionar.

Escucha la risa de Gerard, quien con tranquilidad le da la cara, viéndola ahí tirada en el suelo, ante sus pies.

—Muy buen intento señorita. Pero ¿En serio cree que sería tan sencillo? —apoyándose en su bastón de oro. Se acerca más a ella, sin perder su postura derecha— Esta cámara está rodeada de dispositivos de vigilancia, y siempre habrá guardias disponibles. —se traza una sonrisa triunfante en sus labios.
—Ma...Maldito. —masculla Lea sintiéndose incapaz de hacer un movimiento, apenas puede mover sus labios. Solo su lengua, pronunciando entre dientes-

Los tres guardias se mantienen firmes y en silencio, a los costados de Gerard, en la espera de cualquier tipo de orden.

—Pero sabes algo… —dobla su cuerpo lo más que puede, tomando de soporte su bastón. Mira sus ojos— Ya me han cansado. Tú y tus estúpidos amiguitos. Que no pueden aceptar el nuevo orden mundial, como la mejor opción que nos quedaba. Es un beneficio.
—Beneficio… ¿para quién? Acabas de utilizar a tu gente, ahora son monstruos como todos los habitantes de este mundo.

Resuenan las carcajadas que suelta Gerard.

—Hablas como si lo supieras todo. ¿Por qué no ves el lado bueno? Ya no existen los delitos, ni las mentiras, ni el sufrimiento. Todo eso ya terminó, y ha quedado en el pasado. ¿No es eso lo que todos profundamente deseaban? La…paz mundial.
—Teniendo a todo mundo sometido, controlado. ¿Dónde queda la libertad? El ser humano no está hecho para vivir así.
—¿Entonces cómo? El humano no puede tener libertad mental, rápidamente se corrompe, se destruye el mismo. Es por eso…que el único modo de conseguir la paz, y que nuestra raza siga subsistiendo es el control mental. ¿De qué otra manera?
—Si tanto te importa el mundo, según tú… ¡¿Por qué has dejado morir a tantos?!

La joven de rubia cabellera se exalta, sus sentimientos salen a flote al recordar como amaneció en la pesadilla aquel día.

—Entre ellos… —una lágrima corre por su mejilla— Mi familia…

Con una sonrisa perversa. Eleva su bastón señalando la cabeza de Lea, aún tendida en el suelo, y aprisionada en esos aros azules brillantes. Solo cierra sus ojos. El bastón escupe un cañón de la punta y expulsa un disparo silencioso, pero por la potencia, será fatal.


Por otra parte. Los Alienbots de Break y los demás, están siendo atacados por la salvaje gente controlada bajo el Haarp. Cada uno de los soldados, han sido derrotados, hasta quedar en cero elementos. Sí que ha sido de mucha ayuda la aparición de esos seres marinos extraños. Pero ahora tienen que evitar a toda esa gente e ir directo a la concentración del Haarp —el campo de antenas, expuestas al aire libre detrás del laboratorio— Break, cree que si destruye la concentración del Haarp, logrará su cometido.

—¡Retiren los Alienbots! ¡Hay que enviarlos al centro de concentración! —ordena Break desde su nave líder.

El resto del equipo, hacen que los Alienbots se eleven al cielo justo a la misma altura de sus naves, quedando fuera del alcance de la masa de personas manipuladas, descontroladas…
Por supuesto que no se atrevería a lastimar a toda esa gente, si no es necesario. Y Zafrina y su grupo de guerreros, tampoco. Al ver que todo está en orden. Ascienden más y más alto de las naves del equipo. Convirtiéndose en vigilantes por un momento.

—Nuestra labor aquí concluye. —dice Zafrina— Ahora todo depende del Lubus y Diju. ¡Retirada!

El grupo de guerreros marinos, se desplazan por los aires a una velocidad increíble, seguidos por su líder Zafrina. Las siluetas blancas y radiantes se pierden en lo blanco del cielo de donde desciende una lluvia de nieve interminable.

—¿Quiénes eran esos seres y porque nos ayudaron? —cuestiona Derek curioso. Voz que es escuchada claramente en la nave de Break.
—Eso no importa ahora, Derek. —responde Break.

Atraviesan en segundos el laboratorio en dirección al campo de concentración y se apresuran en bajar a su equipo de Alienbots para que destruyan esas antenas instaladas, cuanto antes.



El diminuto y mortal proyectil expulsado del bastón de oro. Perforó el suelo.
Para sorpresa de Gerard, quién volteo y pudo ver al joven asiático abrazando a Lea en una esquina. Su movimiento ha sido tan veloz y preciso, que fue imposible el distinguirlo.

—Seung…ri —articula Lea entrecortada y paralizada viéndolo. Creía que iba a morir.

El coreano la sostiene en sus brazos pero con su rodilla apoyada al suelo.

—¡Mátenlos! —espeta Gerard mientras ayudándose con su bastón se dirige a la salida de la cámara, para escaparse.

Seungri baja cuidadosamente a Lea y va hacía Gerard a toda prisa sujetándolo de su saco por la espalda, y lo avienta con una sola mano a otra pared. Detecta que los guardias están por asesinar a Lea y empuja su brazo  extendiéndolo al frente y hacía ellos, expulsando una masa de energía invisible que crece y los golpea apartándolos de su compañera.

—¡Liberen a Lea y desactiven el Haarp para siempre! —grita el coreano endureciendo sus facciones y con esos rasgados ojos los observa tendidos en el suelo— ¡O los mataré aquí mismo!

Los guardias empiezan a levantarse, y se apuran en ayudar a ponerse en pie a su jefe Gerard. El viejo de cabello cano ha escupido sangre y una gota roja se escurre por su barbilla. El golpe ha sido fuerte para él. Con desprecio y repulsión, clava su mirada en Seungri. Vaya fuerza y poder que poseen ¿Serán de otro planeta? Pero se ven tan humanos…
Estando Gerard en pie, encorvado por el dolor físico que sufre y apoyado en su bastón. No deja de mirar a los ojos al joven.

—Adelante…mátame. Pero al hacerlo así como el Haarp se destruirá, de la misma forma ocurrirá con las mentes de las personas de todo el mundo, y morirán conmigo. ¿Eso es lo que quieres? Vamos… —sonríe mostrando sus dientes— Hazlo.
—¿Qué? —algo incrédulo lo observa— Eso no es verdad.
—Claro que lo es. Te estoy dando la oportunidad de que lo hagas. —ladea su cabeza aun sonriendo.
—¿Por qué harías algo así?...

Lea resopla con cansancio y mira la escena.

—¡No lo escuches Seungri!

Recibe una punta pie, de parte de un guardia. Y suelta un quejido que enfurece a Seungri.

—¡A ella no la toquen! —exclama— Eso es absurdo. El Haarp solo es una maquina antigua, que ha sido renovada constantemente, pero sigue siendo una máquina, con un mecanismo manejable. Tú no tienes nada que ver, solo la controlas. ¡Es por eso que debo acabar contigo! —en una posición de defensa.

Otra vez la carcajada de Gerard retumba en las paredes, seguida de un silencio breve.

—¿En verdad crees saberlo todo? —se acerca más a él, para verlo fijamente.

En el rostro de Seungri no hay un rastro de duda o miedo.

—Te lo explicaré. Sin mí el Haarp no funciona. No porque yo lo controle, sino porque se necesita mi ADN, para ser más exactos mi sangre. De ella se alimenta ¿Por qué crees que esta máquina es heredada generación tras generación? El ADN, aún a estas fechas, no puede ser clonado, ni alterado, ni nada por el estilo.

Dice la verdad. Se lo está revelando, ya que planea matar a ambos después. Quiere divertirse un poco con ellos.
Se ha concentrado tanto con ese par de jóvenes que ha dejado de poner atención al enfrentamiento que por lo visto ha perdido. Todos sus soldados han sido eliminados por los Alienbots, y la ayuda temporal de los guerreros marinos.
Cada que debe alimentarse el Haarp. Gerard entrega su sangre y se debilita mas no fallece, es por esa razón que siempre trae su bastón de oro, como lo hacía su padre, abuelo, bisabuelo…

—Solo quién lleve la sangre de los Eastlund puede manipularlo, usarlo.
—Eso, suena tan…
—¿Increíble? ¿Descabellado? ¿Raro? De eso se trata joven —exhibe sus marcas rojas de los brazos, de donde le han extraído sangre— De que no cualquiera…pueda usar tan enorme y potente arma. Mi antecesor… ese genio quien la creo, pensó muy bien en todo.

Seungri queda enmudecido. ¿Cómo es que Break no lo sabía? ¿Le estará diciendo la verdad?


Los Alienbots ya han hecho el trabajo, y el campo de concentración ha quedado destruido por completo. Pero…

—Break, las personas fuera del laboratorio siguen en las mismas condiciones. —informa Steve quien fue enviado a vigilar a la multitud.
—Entonces hay que destruirlo de raíz. —responde Break desde su nave.
—¿Y cuál es la raíz? —pregunta la delicada voz de Greg— Ah cierto. Los controles del Haarp. Deben estar dentro del laboratorio.

—No. Gerard Eastlund, mi tatarabuelo lejano, muy, muy lejano… —entrecierra sus ojos viendo el tablero de su nave. 








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2 comentarios:

  1. *o* osea que el harp solo funciona con la sangre de los eastlund u.u puff eso es algo que no sabia
    Aww que lindo seungri fue a defender a lea :3 <3

    maria todiavia esta desangrandose O__o me soprende que no se haya desmallado y muerto ya ajajaj
    sshdjfhfs__< cada ves se vuelve mas complicado :( ¿ahora que hara seungri? break debe mandar a los alienbots a que maten a los guardias que estan en la sala de control donde estan seungri y lea D: que maten a ese viejo de gerard yaaaa me tiene arta!! >:(

    keekek esta muy buenooooo *__* esperare la continuacion
    muy bien hecho :D

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  2. awwwwwwwwwww muchas revelaciones para mi cabeza seguire leyendo!

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