lunes, 5 de mayo de 2014

Teengears [Latidos del corazón]









Capitulo-24       —Latidos del corazón

















—¡Rápido! ¡Hay que salir de aquí! —Steve corriendo a la cabeza de un lesionado Greg , y Derek.

A su vez controla al par de Alienbots, que acelerados les siguen el paso. El montón de gente los  persigue sin rendirse. El trío de científicos bajan por unos amplios escalones a un piso más bajo. Sin quitar su vista de enfrente.

—¡¿Por qué no usamos los ascensores?! —sugiere entre jadeos Greg, forzando su cuerpo a seguir corriendo.
—¡No podemos! ¡Nuestro deber es distraerlos! —la voz grave de Steve-  ¡Tampoco podemos lastimarlos, mucho menos matarlos!
—¡Ay por favor!—interviene Derek—¡Es una minoría de personas a comparación del mundo! Si tuviéramos a Seungri con nosotros,  acabaría con todos. Es más, estos dos Alienbots podrían ser suficientes. —sonando agitado por acelerar sus pasos—No sé, así podríamos ir a ayudar a Break ¿Qué tal si nos necesita?

Steve no lo había pensado. Pero su comunicador se lo ha llevado Lea, no hay forma de enterarse del estatus de su líder, hasta que lleguen a las naves.

—¡Break nos ha dado una orden! ¡Y debemos cumplirla!

Las puertas se abren a su paso. Recorren el laboratorio, no obstante, aún falta para llegar a la planta más baja.

—¡Nos alcanzan! —avisa Greg viendo como esa multitud de personas descabezadas están cada vez más cerca.




Ha perdido el control en sí misma. Todo ese brote de sentimientos encontrados la está poseyendo. Su mente y corazón le piden que lo asesine. Pero la mano con la que sostiene ese bastón, esta como entumida, como si otra energía, ajena a ella intente detenerla. El rostro del viejo, arrugado de horror por verse tan cerca de la muerte. No es suficiente para que Lea le quite su feroz, y frívola mirada de encima.
Break ha encontrado el modo de manipular la máquina. Tantos años estudiándola, para crear una contra-maquina, resultará beneficioso y muy útil ahora. Mas no puede permitir que la única oportunidad de salvar la humanidad de las manos de Haarp, se vaya con un disparo.

—Lea…escúchame. No lo hagas.

Le pide con el mayor tacto posible en su voz. Y lentamente avanzan sus pasos a ella, sin reparar siquiera en la manipulada María. Que con sus ojos ardiendo, se ha puesto de pie, y con un gruñido similar a un ronroneo de un gato. Extiende sus brazos al frente con sus manos engarruñadas como garras, moviéndose contra a Break.
Gerard mira con el rabillo del ojo y una sonrisa, cambia la expresión de su cara. Break distingue esto, y acto seguido, se echa hacia atrás para evadir los brazos de María. Insistente, y con un rostro arrasado en furia, lo sigue de vuelta, y con sus manos lo tumba al suelo, echándose sobre él. Intenta golpearlo, rasguñarlo, o estrangularlo… lo que sea para hacerle daño, para acabarlo. Pero Break sujetando sus muñecas con toda su fuerza, se lo impide. Aunque no resistirá mucho.
Los gruñidos más sonoros “despiertan” a Lea, que aparta su vista del viejo, para ver a Break siendo atacado.

—¡Break! —pasa el apuntador del bastón de oro hacia la chica manipulada.


En su desesperación por lastimar a uno de los “intrusos”, pero viéndose incapaz de usar sus brazos. María, tira mordiscos como perro rabioso. De alguna forma debe matarlo.

—¡No Lea! ¡No te atrevas! ¡Es María! —forcejea.
—Pero… —sosteniendo el bastón directo a la amenaza.

Gerard esta fuera de la vista de ellos, asi que aprovecha para arrastrarse, ya que sin su bastón es incapaz de levantarse. Y recoge su mini-aparato Haarp.

—¡No la lastimes…solo ayúdame a quitármela de encima!
—¡Sí! —asiente con su cabeza.

Va enseguida y deja caer el bastón, puesto que no le sirve. Olvidando a Gerard, ya que se siente alarmada al ver a su líder en peligro, y también la última esperanza del mundo.
Lea engancha sus brazos en los de María, inmovilizándola asi, aunque oponga resistencia. Y la aleja de Break con facilidad. En eso Gerard alcanza su bastón de oro, que usa de soporte para ponerse de pie, y se desplaza hacia la espalda de Lea, amenazando con usar el Haarp portátil en ella.
Break capta dicho acto, y se sobresalta.

—¡Lea cuidado! ¡Atrás de ti! —le avisa con sus ojos bien abiertos.




Sus pies no pueden ir más rápido, y cada vez están más cansados. El grupo de muchas personas controladas, les pisan los talones. Se precipitan hacia ellos tan inquietamente, que unos caen al suelo, y otros los pisotean a su paso.
Es tiempo de que Steve haga algo con sus Alienbots. Por lo que activa cierta acción desde su control, y sus dos Aliens robots, que iban tras ellos corriendo, se elevan un poco del suelo, flotando a la misma velocidad que corrían. Uno abraza por la espalda a Steve y el otro se encarga de Greg y Derek, llevándolos en sus brazos. Salen disparados como balas de cañón directamente a las paredes, rompiéndolas y perforándolas a su paso, dejando grandes agujeros. Así avanzan contra los muros, que no son un impedimento. Dejando muy atrás a todas esas personas.

Los dos robots alienígenas, frenan al pisar afuera del laboratorio. En todo ese ambiente blanco, por la nieve, y cielo nublado un tanto gris.  

—¿Por qué nos hiciste correr tanto? ¿Por qué no hiciste eso desde un principio? —reclama Derek con disgusto, mientras se peina con sus dedos su larga cabellera plateada.
—Necesitaba asegurarme de que nos siguieran. Recuerda…
—Sí, sí, ya sé. Te pareces a Break…

Steve trata de ignorarlo, en tanto teclea en una pantalla táctil que sostiene. Está llamando a sus naves.

—Bueno seguramente vienen en camino —comenta Greg soportando el ardor de su herida en el brazo. Que por fortuna dejó de sangrar.
—Cuando estemos en la nave, te atenderé esa herida. Aguanta. —habla Steve sin dejar de ver su pantallita-
—No es tan profunda, casi no sangre, pero… —mira su lesión apretando sus dientes. Sí que le duele.
—Te vez pálido…más de lo normal. —Derek lo mira cruzándose de brazos y medio sonriendo.
—No se relajen tan pronto. Aquí vienen… —levanta su mirada al laboratorio.

El vibrar en el suelo repleto de nieve, y el retumbar de las pisadas múltiples.

—Vamos.

Steve viendo al cielo, vislumbra tres naves que llegan sobre ellos. Una de ellas es la más colosal, la que le pertenece a Break.
Los platillos voladores, expulsan luz hacia ellos, y los aproximan, subiéndolos más y más hasta que entran en las naves.

—Es difícil esto de “no poder matarlos”.

Dice Derek desde su nave en el cielo, a determinada altura de donde contempla la masa de gente descontrolada, que salta y con sus manos arriba, intentan inútilmente alcanzarlos.

—Es gente inocente. Que todavía puede salvarse, y su mente volver a ser libre. Se supone que venimos a ayudarlos, no a matarlos.

Se escucha la voz de Steve en las bocinas internas de la nave de Derek y también la de Greg.

—¡Eh! ¡Ya quedo claro! Pareces una grabación…

El científico de cabello dorado, quien su herida está siendo tratada por una maquina curativa. Detecta con su mirada azulada y serena, a su compañero Jake, entre todo ese montón de gente haya abajo.

—Qué horrible debe ser, estar bajo el control del Haarp.

Steve ya está intentando comunicarse con su líder, desde el comunicador de su nave.

—¿Break? ¿Break me escuchas? —frunciendo el entrecejo, y tocando con dos de sus dedos una pantalla en el tablero de la nave.




Puede escucharlo con claridad en su oreja. Pero sus sentidos no responden. ¿Qué debe hacer? ¿Qué puede hacer? Lea, está apunto de…
Gerard se desvía yendo hacia Break. Entonces Lea voltea a verlo sin soltar a María.

—¡No!


Exclama la rubia, rodeando el cuello de María con su brazo para sujetarla, y con su otra mano le da un empujón a Break tocando su pecho y tirándose sobre él, pone su espalda de escudo. En un movimiento tan veloz que es imposible distinguirlo con ojos humanos. Gerard termina colocando el aparato contra la espalda de Lea, creyendo que tocaría a Break.

Atónitos observan como el cuerpo de la francesa brilla reluciente, emitiendo una luz tan deslumbrante que los obliga a cerrar los ojos. La luz se apaga y Break puede verse cara a cara con Lea. Sus miradas se enlazan, y una ligera sonrisa brota de los labios de la chica. Todo a su alrededor se suspende. Solo ella y Break pueden moverse. ¿El tiempo se detuvo? Otra vez, para la joven.

—Lea… —viendo como su antepasado y María están como congelados— No entiendo que pasa. Esto es…
—Break, tienes que sacrificarte. Debes ofrecer tu vida a cambio. Morir…
—Lo sé. —vuelve a ver sus ojos.

De los ojos de Lea se asoman unas pequeñas lágrimas.

—No quiero perderte. No a ti. —con un nudo en la garganta— Ya he perdido demasiado.
—Es lo que tengo que hacer. Lo…lamento.
—Break… —susurra y sus mejillas arden.

Despega sus labios como si fuera a decir algo, pero en cambio tiemblan, como teniendo frío. Esta conteniendo el llanto…el dolor. Todo se está acumulando en sus entrañas.
Con su mano toca la tibia mejilla de Break, y lentamente sus labios se funden en un beso ¿De despedida, o amor?
Es muy confuso para los dos.
Sus ojos cerrados y sus labios unidos tan delicadamente. Una lagrima rueda por la mejilla de Lea.



—¡Break responde! ¡¿Ha pasado algo?!


Lo oye muy, muy lejos.
Nunca en su vida había recibido un beso, siempre estuvo encerrado en casa, estudiando, investigando, inventando. Después, ocupado con sus amigos, buscando una forma de acabar con el Haarp. Nunca tuvo tiempo para el amor.
Por eso su corazón se altera. Y al momento en el que Lea se separa, las manos de Break en su cabeza de rubia melena, la atraen para continuar el beso, saboreando esta vez sus labios. Empieza a ser muy vergonzoso para Lea, pero al mismo tiempo, es muy placentero.

—B-Break… —suspira al retirarse de sus labios.



El tiempo sigue su curso, y Gerard aparta el aparato cayendo en la cuenta de que se equivocó. La chica inmune lo protegió.

—¡Yo me encargo!

Vocifera Lea y agarra del brazo al viejo, sin liberar a la salvaje María, que muerde con fuerza su brazo, pero ella lo soporta, incorporándose y llevándolos lejos. Corre y corre hacia el elevador que los trajo, para irse y dejar a Break hacer lo suyo.
El ascensor se desliza hacia abajo. Break con su mano siente lo agitado que esta su corazón. Sin entender mucho esta reacción, ni tampoco poder controlarlo. Se levanta del piso y moja sus labios, encaminándose hacia el imponente control principal del Haarp. Del techo de cristal se puede ver que ya no cae más nieve pero el cielo comienza a oscurecer. Jamás le había parecido todo tan hermoso, es impresionante sentirse así, a pesar de estar en medio de un gran lío.
Sacude un poco su cabeza, para liberarse de esa sensación y concentrarse en lo que debe hacer. Es la primera vez que se siente tan tonto ¿A eso le llaman amor?


—¡Break, por favor responde!

Suena la voz insistente de Steve.

—Aquí estoy ¿Qué ha pasado?
—Estamos bien. Ahora nos encontramos en las naves. La gente está debajo de nosotros. Todo lo tenemos bajo control. ¿Y cómo vas con el Haarp?
—No tengo tiempo. Seré lo más breve posible. —apoya una mano en el tipo de tablero de la maquina viendo este— Steve escucha…sí existe un modo de volver a la normalidad a la gente. Al ser yo un heredero, la sangre de la familia Eastlund corre por mis venas. Solo yo puedo controlar el Haarp, y cambiarlo todo, pero…moriré.
—¿Qué? ¿Por qué? ¡Break, no puedes morir! ¡Debe haber otra forma!
—No la hay. Hace un momento, no me importaba morir, aunque ahora…

Recuerda el beso con Lea.

—No me gustaría morir, pero no puedo retroceder, no justo ahora. —con una expresión afligida.
—Break, olvídalo, olvídalo todo. Abandonemos esta época, y volvamos a la nuestra. Tratemos de buscar otro método.
—Ya no podemos regresar. Nos han descubierto, ahora lo saben todo sobre nosotros ¿Recuerdas?. Además, sería incapaz de dejar a esta gente así, mucho menos dejar a Lea con toda esta carga.
—¡Pero Break! ¡Obliga a Gerard a hacerlo!
—Imposible, debe ser voluntario —intenta explicar— Steve… cuida de todos ¿De acuerdo?
—No, no lo haré ¡Maldita sea Break! ¡No puedes hacerlo! ¡¿Por qué tienes que ser tú el maldito héroe?! ¡Mierda!


Es tanto su impacto, que escupe palabras que jamás había mencionado. Su voz puede ser oída por Greg y Derek, quienes se exaltan y curiosos empiezan a intervenir.

—¿Qué está pasando Steve?
—Steve… ¿Qué sucede? ¿Break está bien?

Por otro lado Zafrina vuela por el cielo, y desde ahí observa las naves del equipo Break, y toda esa gente. También, puede ver como Lea sale del laboratorio apurada, con el viejo Gerard y María escabulléndose a otro lado, donde la gente amontonada no pueda verla.


—Sacrificio… —sonríe una pizca y pestañea pesadamente.

Resalta su brillo, y blancura en el cielo, más oscurecido.



1 comentario:

  1. ommo de verdad se sacrificaran por la humanidad justo ahora cuando se dan cuenta de que estan enamorados uno debe morir aigooo no puedo creerlo espero la continuacion por favor

    ResponderEliminar

¡Gracias por leer!. Puedes comentar no importa si no tienes Blog, comenta como Anónimo, o pon tu nombre y el link de cualquier pagina, ahí te da opciones el Blog. Recuerda tus comentarios son gratificantes e importantes para mi :)